Nogoya (Uruguay)
La población de la zona rural del paraje Crucesita Tercera, en el Departamento Nogoyá se encuentra convulsionada por la extraña muerte de cuatro vacas en el interior de dos campos y la imprevista seca de una laguna. Personal de la Dirección de Abigeato y de la Policía de Nogoyá, constató que las vacas habían sido mutiladas misteriosamente, pero también tomaron nota del vaciamiento de una laguna que un día antes se encontraba llena de agua.
Una vez más las fantasías, mitos y misterios comenzaron a girar sobre la muerte de animales. La aparición del denominado chupacabra y hasta la visualización de ovni, forman parte hoy de los comentarios en el centro de la provincia.
Las vacas fueron localizadas por personal policial sin el aparato reproductor, sin la lengua y sin los ojos por lo que para el veterinario de la Dirección de Abigeato de la fuerza de seguridad con asiento en la jefatura de Policía de Nogoyá, no hay una explicación racional para el fallecimiento y mucho menos para las extrañas mutilaciones.
Los vacunos muertos, de acuerdo a lo informado por la Policía a UNO, pertenecían a Gustavo Cabañas un trabajador del Banco de Entre Ríos, sucursal Nogoyá. El hombre tenía a su cargo un campo y en el interior había dejado una tropa compuesta de vacas, terneros y novillos.
Aguada seca. Unos días antes había recorrido la hacienda y encontró todo normal, incluso la aguada de una laguna se encontraba con buena cantidad del vital líquido, teniendo en cuenta la sequía, pero sin motivos del todo claro, la misma en pocas horas se secó, lo que obligó al dueño del campo a trasladar los vacunos. En el cambio de lugar, localizó los animales muertos.
Sin explicación. UNO se contactó con las autoridades de Abigeato de Nogoyá y con los responsables de la comisaría que confirmaron la investigación y los misterios que rodean a la misma, ya que científicamente no se puede explicar el hecho.
Crucesita Tercera, se encuentra ubicada a unos 50 kilómetros de la capital departamental y a causa del suceso personal de Abigeato habló con vecinos, que dieron pocas noticias sobre elementos que puedan ayudar a explicar las muertes de los vacunos.
Anoche el tema creció, habida cuenta de que la Policía del paraje ubicó en un campo lindero otro vacuno muerto con las mismas características: le faltaban también los ojos, la lengua y el útero. La vaca, pertenecía a una mujer de apellido Sánchez y el episodio fue descubierto a poca distancia de la comisaría.
Desde Abigeato se señaló que las tres vacas detectadas el fin de semana tenían las mutilaciones informadas, pero además los huesos cercanos a las zonas mutiladas se veían limpios, como si la muerte se hubiera producido mucho tiempo antes y no cuestión de días. Además, se comprobaron cortes quirúrgicos, incluso que no dejaron ni cicatrices, ni sangre en los pastos ni en el cuero del animal.
Se recordó que tres años atrás, un par de vacunos había sido localizados sin vida y mutilado a muy poca distancia de esta ultimo hallazgo.
Hipótesis. UNO consultó al médico veterinario Esteban Puntín sobre esta ola de vacas mutiladas en el Departamento Nogoyá.
El profesional, que tiempo atrás investigó los sucesos, explicó que “si bien tiene conocimiento de los últimos merced a comentarios, creemos que todo esto pasa por la misma acción de la naturaleza”.
Señaló Puntín que “a causa del desmonte descontrolado, comenzaron a convivir buscando alimentos en campos más pequeños y limpios predadores y depredadores”.
“Con la llegada de los fríos y la seca, es muy poco el pasto natural por lo que los animales, en su mayoría están hambreados. Los vacunos buscan pasto para lo cual pueden consumir yuyos que son venenosos, tal es el caso del mío mío”, referenció para alertar: “Al morir el animal llegan al lugar predadores como zorrinos, zorros, hurones, caranchos y hasta ratones que comienzan a comer las partes más blandas y que por lo general son el ano o la vulva, la ubre y la lengua, en tanto que los carroñeros también consumen los ojos”.
Destacó que “estos animales son prolijos en la alimentación respetando los límites de los huesos y los tejidos”.
Finalmente, estimó que “si no queda sangre es habida cuenta de las heladas que secan todo tipo de líquidos”.
http://www.unoentrerios.com.ar/noticias_impresas/nota.php?id=15505
La población de la zona rural del paraje Crucesita Tercera, en el Departamento Nogoyá se encuentra convulsionada por la extraña muerte de cuatro vacas en el interior de dos campos y la imprevista seca de una laguna. Personal de la Dirección de Abigeato y de la Policía de Nogoyá, constató que las vacas habían sido mutiladas misteriosamente, pero también tomaron nota del vaciamiento de una laguna que un día antes se encontraba llena de agua.
Una vez más las fantasías, mitos y misterios comenzaron a girar sobre la muerte de animales. La aparición del denominado chupacabra y hasta la visualización de ovni, forman parte hoy de los comentarios en el centro de la provincia.
Las vacas fueron localizadas por personal policial sin el aparato reproductor, sin la lengua y sin los ojos por lo que para el veterinario de la Dirección de Abigeato de la fuerza de seguridad con asiento en la jefatura de Policía de Nogoyá, no hay una explicación racional para el fallecimiento y mucho menos para las extrañas mutilaciones.
Los vacunos muertos, de acuerdo a lo informado por la Policía a UNO, pertenecían a Gustavo Cabañas un trabajador del Banco de Entre Ríos, sucursal Nogoyá. El hombre tenía a su cargo un campo y en el interior había dejado una tropa compuesta de vacas, terneros y novillos.
Aguada seca. Unos días antes había recorrido la hacienda y encontró todo normal, incluso la aguada de una laguna se encontraba con buena cantidad del vital líquido, teniendo en cuenta la sequía, pero sin motivos del todo claro, la misma en pocas horas se secó, lo que obligó al dueño del campo a trasladar los vacunos. En el cambio de lugar, localizó los animales muertos.
Sin explicación. UNO se contactó con las autoridades de Abigeato de Nogoyá y con los responsables de la comisaría que confirmaron la investigación y los misterios que rodean a la misma, ya que científicamente no se puede explicar el hecho.
Crucesita Tercera, se encuentra ubicada a unos 50 kilómetros de la capital departamental y a causa del suceso personal de Abigeato habló con vecinos, que dieron pocas noticias sobre elementos que puedan ayudar a explicar las muertes de los vacunos.
Anoche el tema creció, habida cuenta de que la Policía del paraje ubicó en un campo lindero otro vacuno muerto con las mismas características: le faltaban también los ojos, la lengua y el útero. La vaca, pertenecía a una mujer de apellido Sánchez y el episodio fue descubierto a poca distancia de la comisaría.
Desde Abigeato se señaló que las tres vacas detectadas el fin de semana tenían las mutilaciones informadas, pero además los huesos cercanos a las zonas mutiladas se veían limpios, como si la muerte se hubiera producido mucho tiempo antes y no cuestión de días. Además, se comprobaron cortes quirúrgicos, incluso que no dejaron ni cicatrices, ni sangre en los pastos ni en el cuero del animal.
Se recordó que tres años atrás, un par de vacunos había sido localizados sin vida y mutilado a muy poca distancia de esta ultimo hallazgo.
Hipótesis. UNO consultó al médico veterinario Esteban Puntín sobre esta ola de vacas mutiladas en el Departamento Nogoyá.
El profesional, que tiempo atrás investigó los sucesos, explicó que “si bien tiene conocimiento de los últimos merced a comentarios, creemos que todo esto pasa por la misma acción de la naturaleza”.
Señaló Puntín que “a causa del desmonte descontrolado, comenzaron a convivir buscando alimentos en campos más pequeños y limpios predadores y depredadores”.
“Con la llegada de los fríos y la seca, es muy poco el pasto natural por lo que los animales, en su mayoría están hambreados. Los vacunos buscan pasto para lo cual pueden consumir yuyos que son venenosos, tal es el caso del mío mío”, referenció para alertar: “Al morir el animal llegan al lugar predadores como zorrinos, zorros, hurones, caranchos y hasta ratones que comienzan a comer las partes más blandas y que por lo general son el ano o la vulva, la ubre y la lengua, en tanto que los carroñeros también consumen los ojos”.
Destacó que “estos animales son prolijos en la alimentación respetando los límites de los huesos y los tejidos”.
Finalmente, estimó que “si no queda sangre es habida cuenta de las heladas que secan todo tipo de líquidos”.
http://www.unoentrerios.com.ar/noticias_impresas/nota.php?id=15505
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