La localidad bonaerense de Bartolomé Bavio es famosa porque allí pasó parte de su infancia la inolvidable Tita Merello. Ahora, también será recordada porque en un campo se encontraron 30 “huellas circulares” en el pasto, que podrían tener vinculación con un aterrizaje masivo de OVNIs. “Nunca vi algo así en toda mi vida”, fueron las palabras del primer testigo que vio la impactante escena. Por el caso, el dueño del predio realizó una denuncia policial.
Apenas tomaron conocimiento del suceso, al lugar concurrió un equipo de especialistas de la Fundación Argentina de Ovnilogía (FAO), liderados por el respetado investigador Luis Burgos. Bavio, que cuenta con apenas 2.000 habitantes, se encuentra enclavada entre las rutas 11 y 36, a unos 30 kilómetros al sur de la ciudad de La Plata.
El protagonista de la historia es Angel Gatti, un productor de 68 años, quien tiene un campo de 40 hectáreas en la zona del poblado de Julio Arditti (Partido de Magdalena). El predio alberga un plantel vacuno de 80 animales, y es recorrido habitualmente por el puestero Rubén Albarracín, quien días pasados observó “unos extraños círculos de pasto seco que nunca había visto”
Al comunicarle la novedad a Gatti, el productor realizó la denuncia en el Destacamento Policial de Bavio, a cargo del comisario José Alberto Bacigalupe, quien junto a los oficiales Jorge Sáenz y Carlos Gómez, tomaron intervención en el asunto.
Hipótesis enigmática
Un informe de los expertos de la FAO sostiene que “la causa se encaminaba a un probable daño a la propiedad, ya que la inspección de la policía no descartaba nada: desde algún ritual tipo umbanda a la mano dañina de alguien volcando algún tipo de herbicida en el terreno”.
“Lo primero que se constató fue que la hacienda no había sufrido alteraciones. Ningún animal faltante ni tampoco con cortes en sus cuerpos. Por tanto, la hipótesis del causante de las huellas circulares se volcaba al plano de la siempre enigmática presencia de OVNIs”, indica el trabajo.
Así, un equipo de la FAO y CIENCIA OVNI, integrado por Laura Babyaczuk, Daniel López y Patricio Barrancos (FAO Buenos Aires), Eduardo Galeano (FAO Chascomús) y Miguel Peralta y Luis Burgos (FAO La Plata) se apersonó en el lugar y junto al dueño del campo, Angel Gatti, la comisión policial antes mencionada, don Hilario Bacigalupe (policía retirado) y algunos allegados, se abocó a la investigación del caso.
Circulares y ovales
Los expertos destacaron que “una treintena de marcas circulares y algunas casi ovales, del tipo secas (deshidratadas) y de un metro la más chica a poco menos de cinco metros la más grande, con bordes de treinta centímetros, se distribuyen en dos zonas bien delimitadas: una hacia el lado sur del campo y la otra, alambrada y arboleda de eucaliptus mediante, hacia el lado norte”.
“El infaltable molino, nuevo polo de atracción OVNI que descubro (junto a los árboles de laureles) allá por la década 80, y que se suma a los tendidos de alta tensión, las vías férreas, las aguadas, los montes de eucaliptus, etc., hace las veces de divisor de las dos porciones de huellas”, sostuvo el trabajo de Burgos y los especialistas.
También comentan que “al primer golpe de vista, da la impresión que las huellas del lado sur pertenecen a una data mayor en el tiempo que las del lado norte. Dentro de ése cúmulo sobresalen tres marcas que conforman lo que hemos bautizado, ya hace años, como los ochos: dos aros unidos por su parte yuxtapuesta y que son una constante en los casos de huellas múltiples en Argentina desde la década del 60”.
Luces en la noche
El grupo de la FAO destaca que “si bien a este evento se lo puede considerar como de huellas no asociadas, es decir, donde no hay potenciales testigos de haber visto el sobrevuelo previo de OVNIs, algunos indicios dan cuenta semanas atrás, de personas que desde la laguna de Marchioni observaron luces nocturnas hacia el campo de Gatti, atribuyéndolo a cazadores furtivos”.
En el terreno de las conclusiones, “si bien desconocemos el número de objetos causantes de las marcas, ya que un mismo objeto puede causar mas de una huella, la experiencia de campo nos indica que al menos más de uno, fueron los objetos intervinientes y que encasillan este caso de descenso como múltiple (10, 20, 30, 50 o 100 rastros)”.
Sebastian Aranguren y Pachi La Fata
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