lunes, 23 de febrero de 2009

Ni OVNI ni misil...

El seísmo de magnitud 6.3 que el 26 de enero de 1985 azotó la ciudad argentina de Mendoza, precedido por una explosión una misteriosa luminosidad tenía origen telúrico y no espacial, según el informe que ha publicado ahora el sismólogo Miguel Castro. Los testigos de la luz y la explosión, que originaron la leyenda del OVNI estrellado o el misil, no mentían, pero hace ya 30 años el investigador Michael Persinger demostró que la tensión tectónica puede producir fenómenos piezoeléctricos, gases, etc, que originan luces extrañas antes de los movimientos sísmicos.

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